miércoles, septiembre 19, 2007

San Piter

Aceptando y nutriéndose en los aromas y el ruido de los tacos, dos espectros platican bajo la amarillenta luz provista por un foco colgado de un diablito.

−"Chale, ¿cuando se supone que nos vamos con San Pedro?"
−"¿Uh? sepa. ¿Por? ¿Ya te aburriste?"
−"No, si los tacos están muy buenos, y el partido, ¡mejor! ¡Tirititiiiiito!"

La repetición del tirititito se formaba en la pantalla del puesto frente a este par de ectoplásmicos comensales. Píxel por claro píxel, calidad solo oscurecida por el delicioso incienso de chorizo siendo asado. Uno de ellos, Fidel, embebido, trastornado por los detalles de la trayectoria marcada por el balón. El otro, Solovino, rumiando imaginarias tortillas en su paladar.

−"Oye, ¿crees que nos acepten en el paraíso?" Pregunto Solovino, admirando una mancha de salsa en el adoquín.
−"Psss, ¡claro! Si siempre me persignaba cuando veía a diosito o a la virgencita. ¡Micai!"
−"¿y ya con eso? Por que eras bien tranza, cu;ao, notiagas"
−"Uuuh, chales, ya vas a empezar.¡Te juro por esta que si te iba a pagar lo que te debía!"
−"Chaa... pero pus, ya que. El dinero no sirve de nada aquí, ni modo que ande de rencoroso"
−"Eso, compa, eso" dijo Fidel, concentrándose en imaginar y sustanciar un taco de bistec. Tratando de exorcizar un ligero sentimiento de culpa, pues sabe que nunca pensó en regresar nada. Solovino era su cuate, y como cuate, se sentía libre de abusar de el. Algún día el seria igualmente aprovechado, pero ya no pudo regresar ese favor.

Pasaron minutos en silencio. El partido termino, y otro comenzó, en un canal distinto.

−"Oye... pero de todos modos..."
−"¿Ora que?"
−"Pus, yo te perdono lo de la lana, total, nomas es dinero, pero...."
−"¿Pero?"
−"¿Pero no decía el padre que Dios se las sabe todas? Es omnisabiente"
−"........ chale, no digas eso, ya me empecé a preocupar"
−"¡Ah verdad! Si tienes la conciencia retecochambrosa, ca'!"


Mentadas de madre, acusaciones, confesiones y traiciones siguieron. Llegarían a golpes si fueran algo mas tangible que un par de espíritus flotando en el ether. Para el resto (o el todo, a fin de cuentas estos dos no cuentan) de comensales, toda la batalla paso desapercibida. Solo un par de perros callejeros se veían ligeramente interesados en el barullo, pero estaban mas interesados en ver si alguien dejaba caer un pedazo de tortilla.

Pero un comensal si se dio cuenta. Uno que tenia suficiente con tener que aguantar escuchar el fútbol mientras come, y uno que no tiene humor para aguantar mas.

−"¡Hey! ¡Parenle!"

Fidel y Solovino dejaron de gritar. ¿Quien era este tipo para estorbar? ¿y que onda con la parca y barba? ¿Quien se creía, San Pedro?

−"¡San Pedro!" gritaron al unisono.
−"¿Ya vienen por nosotros? ¿Nos vamos al paraíso, allá arriba de las nubes?" Fidel recordó algo de poesía del siglo 20, por Cornelio Reyna.

−"Er... no"

−"¿Como?"

−"Dejen comer en paz."

−"Pero no estamos en paz. Por favor, San Pedrito, dejenos entrar al paraíso"

−"¿San Pedro? Er... ok. Si se van al paraíso dejan de dar lata, verdad?"
−"¡Claro! su Santidad" De nuevo, el unisono.

"Su Santidad", el colmo. La figura en la parca marco algunos números en su manga. Acerco su mano izquierda al oído y comenzó a hablar.

−"¿Xolotl? ¿Que onda? Si, todo bien. Ah, si, al rato te llevo otro paquete. Si, si, de la misma marca. No, no se si purina tenga o no, al rato checo. Oye, er, ¿tienes contacto con San Pedro? Si, si, el barbón. No, no nos han presentado, casi no paso tiempo en este plano. Okei, Hmm. Hmmm. Mmmmm, orale. Mira, tengo dos cuates que... si, eso mero. Muy bien, en un momento. Me saludas a tu hermana."

−"Ok, ustedes dos, dejen pago mis tacos y los llevo a donde quieren ir, ¿sale?"