Otoño, aspirinas y sangre

A que la cancion...
Las estaciones en Japon son bruscas, inmediatas y rara vez placenteras. De verano pasamos a otoño en dos dias. Fiebre, tos, flema y mas fiebre lo que me ha dado de bienvenida.

Japon, por toda su fama tecnologica, no ha abandonado el _kampo_, medicina china ultrarequetecurativa. Yo, curado de espanto contra cualquier cosa que no haya sido reducida mas que a las moleculas que componen los compuestos que si componen, las evito como con cualquier chupercheria. Desafortunadamente cuando uno esta predispuesto a que algo va a fallar, el efecto placebo solo fastidia. Asi que, que hacer cuando siendo atacado por gripe y migraña y de todos modos tienes que ir a trabajar? Ir a cazar aspirinas.

La aspirina, tan metida en nuestra sociedad que hasta la usamos en curiosos cocteles que Bayer consideraria llenos de peligro, aunque tiernamente autoctonos e ingenuos, es algo mas dificil de encontrar aqui que alla. Por ejemplo, en el equivalente de la tiendita de la esquina (un 7 eleven), no te venden medicina, y tampoco ofrecen una coca para pasartela. No... asupirin es un invento del hombre blanco y tiene que ser vendido solo en una farmacia, al triple que su simil nipon y limitada a 500mg por tableta. Una sola tableta a la vez... ominosas letras blancas sobre verde dictan.

"Hey, extranjero, que no a hacer lo que los romanos en roma?" Cuando los romanos pesan por lo general un 60% que tu no esperas que la misma dosis de medicamento te haga efecto, o si? Asi que con cuidado... a tomar no una... sino DOS aspirinas a la vez. Caras de asombro y preocupacion me rodean. Tan solo espero, bajando el ritmo de la respiracion. La migraña se retira, la fiebre se evapora. "Ven?", digo, momentos antes de una ligera hemorragia nasal.

Ah raza...

#$%#$ clima.