martes, septiembre 08, 2009

Al dentista, en el mercado.

Hace varias semanas fui al dentista para que me checaran un colmillo. La instantanea y panoramica radiografia demostro que un canino con placa era la ultima de mis preocupaciones dentobacterianas.

Una de las habilidades mas conocidas de las muelas del juicio, es su increible capacidad de atraer, cuidar y hacer crecer frondosas y sanas caries. Una bendicion para estreptococos y lactobacilos (si, esos mismos que estan en los yakult... otro ejemplo de que dependiendo de la locacion cualquier cosa puede ser instrumento de muerte). La muela, que no habia cumplido ni 26 meses en existencia, era mas caries que diente. Esta en si no me habia causado mayor pena, la comida por estos lares no incluye mucho que requiera el 100% de la presion mandibular que pediria ayuda a tan recatada pieza masticadora, pero estaba a nanometros del nervio... dejando lo mas sabroso al final.

Tan urgente se veia que fue removida en la proxima visita, una semana despues. La costumbre en Japon en cuanto a dentistas y sus visitas concierne, es tratamiento conciso, eficiente, en cortas sesiones no mayores a 30 minutos. El ambiente que se respira es tecnico, al grano. El estar el local al lado de un baskin robins no le quita el aura clinica, pero le agrega algo mas de atencion al cliente. Atienden los fines de semana!

Gran servicio, a uno se le acaban las excusas para ir. No les queda de otra, la competencia en el mercado reparador dental es brava y pesada.

En Japon hay dentistas por todos lados. Contrario a lo que uno asumiria por la sonrisa tan dulcemente irregular de la poblacion general, su presencia en ocasiones parece tan repetida y persistente como una combini, o una maquina expendedora de tabaco.

Dentistas por doquier.

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