sábado, agosto 24, 2013
Ay, México
jueves, mayo 30, 2013
sueña
y veo un rostro triste, pero ecuanime, estoico. Otro mas, y otro mas. Tomo los escalones a un tunel. Luces amarillas, ruido, gritos que llegan como murmullos. Algo me jala el brazo derecho, pero no veo a nadie.
Salgo del tunel y me encuentro asoleado y sudado. En medio de gente cargando abarrotes, hijos y e hijas. Me restrego los ojos con una mano ceniza. La manga derecha marcada en rojo. Toco en la puerta de una casa que no he visto nunca, que reconozco perfectamente.
Me atiende una señora impecablemente vestida e impecablemente arrugada. Trato de disculparme por mis fachas cuando finalmente me doy cuenta que esto es un sueño,
y despierto.
sueño
Bajo del avión con mochila en mano. Salgo del aeropuerto directo a la calle, como si fuera una vil central de autobuses. El aire huele a ácido cítrico y capsicum y cebolla y tomate. Cilantro y tortilla mojada.
Camino bajo el Sol, rodeando baches y esquivando bicicletas y camiones de pasajeros. Encuentro una camiseta con Bart Simpson impreso en ella, colgada en una jaula de malla. Por acto reflejo checo mi el peso de mi mochila y que mi cartera sigue conmigo. Continuo caminando.
El sol desaparece.
Huele a gasolina, el humo lastima mis ojos. Me llega la peste a carne quemada, mientras piso un charco de algo chicloso, negro. Huele a rastro, a llanta quemada, a pólvora. Veo cuerpos calcinados, cuerpos ensangrentados, un perro ladrando a su amo que yace inmóvil.
Una mano me toca el hombro, Volteo y