Tanaka se encontraba en una situación sin salida. Tanaka tenia la certeza que terminaría en un santiamén (expresión judeocristiana para denotar algo que termina apenas al comenzar) pero eso no hacia la situación mas llevadera ni le entregaba nada de esperanza. El sabia que el es el único culpable, que nadie lo había obligado a esta situación.
El fue quien dejo que el pachinko fuera su adicción
El fue quien gasto todos sus ahorros en cigarros y canicas de metal
El fue quien pidió prestamos que no podría pagar, a quien se cobraría no con cárcel o embargos, sino con humillación publica y extremidades corporales.
De todo eso fue capaz Tanaka. De muchas otras cosas no fue capaz.
No fue capaz de ver a su esposa sufrir su perdida de honor, así que le corto el cuello.
No fue capaz de prever como sobrevivirían sus hijos, así que los asfixio con una almohada.
Afortunadamente para sus padres, no fue capaz de ir a su aldea a liberarlos de la vida y la pena. Estaba muy ocupado en subir el edificio mas alto de su área.
Los primeros 20 pisos los subió en elevador. No tenia prisa, y asesinar a su familia no requirió tanta fuerza como cobardía. Los últimos tres pisos los tomo por la escalera. Llego al techo tragando desesperadamente saliva, flema, sudor y bocanadas de smog matutino. Descanso fumando. Se encontró buscando un marca que le dijera si estaba permitido fumar, y no dio con la ironía del asunto.
Descansado, con el ultimo esfuerzo subió la barda antisuicidios. Micras después se encontraba camino al pavimento, 23, 22,19 pisos abajo. Una situación sin salida. En segundos seria una mancha en el pavimento, una mancha a algunos metros de ese viejo barbón en parca que parecía estar saludándolo.
No parecía, lo estaba saludando. Sonriendo una sonrisa de alguien que viene a solucionar problemas, una sonrisa de plomero.Tanaka instintivamente trato de devolver el saludo con una reverencia, a 54 m/s.
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