martes, agosto 10, 2010

burritos de cobayo

Vulpino, llegando a su 'bujero, apresuradamente lanza su equipo de exploracion en la esquina mas cercana a la puerta, se quita los zapatos y atraca el refrigerador. Ah, de regreso al calor de la cueva. Salir a la superficie siempre es divertido, checar que tanto cambiaron los glaciares, deslumbrarse con el albedo, la siempre presente oportunidad de sufrir hipotermia y morir. Bueno, tal vez "divertido" no es la mejor palabra para describir las salidas, pero no dejaban de ser interesantes. Por lo menos tenia algo que platicarle a sus cuates.

Su abuelo llega minutos mas tarde, gritandole que antes que otra cosa prenda el circulador de aire. El mocoso futilmente rezonga, y el abuelo futilmente acepta la promesa de que a la otra, seguro, segurisisimo, que se acuerda de prender el circulador. Ajusta la luz y la radiacion UV a "otoño". Se recuerda que vulpino no ha experimentado esta estacion, y ninguna otra. Tendra que llevarlo un dia de estos a la Savana.

El ruco se va a la cocina, urga en la alacena por un momento. "Autentica carne deshebrada, 100% vacapotamo mexicano", "agua de manantial, en polvo", "Nopales ecuatorianos". El aire se llena por un momento del picante aroma de chiles de arbol secos, el cual crea magia y caos en las sinapsis del cerebro del pobre abuelo, obligandolo pavlionosamente a abandonar toda idea de hacer de comer y mejor ordenar unos burritos de guisado de cuyo.
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